Vivir con él era como navegar en una piscina. Tranquila, equilibrada… Sólo tenía que dejarme llevar, suave, lentamente… Sin sorpresas, sin sobresaltos…
Aún así, no podía negar que a veces echaba de menos las grandes tormentas, y aquel oleaje que me hacía sentir viva.
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En este caso no hay foto. Es un óleo de Eric Zener. Bonito, eh?
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